¡Haz la diferencia! – Angélica García

¡HAZ LA DIFERENCIA!

haz la diferencia

Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para siempre. Salmos 86:12

En una convención de artistas plásticos, dos pintores cambiaban opiniones respecto a sus respectivas obras. Uno de los pintores era creyente y el otro ateo:
Creyente: – En cada una de mis obras, mi principal objetivo es glorificar a Dios…
Ateo: – Pero si eres paisajista, igual que yo. No pintas cuadros religiosos ni nada de eso.
Creyente: – No es necesario pintar cuadros religiosos para glorificar a Dios…
Ateo: – Yo también pinto paisajes, igual que tú, ¿cuál es la diferencia? Tú dices glorificar a Dios con eso, pero yo que hago lo mismo, ni siquiera creo en Dios.
Creyente: – La diferencia está en que yo, cada mañana y cada vez que voy a empezar un cuadro, en cada pincelada, doy gracias a Dios por el don que me ha dado, que me permite ganarme la vida y le glorifico, pues toda la gloria es para Él. Yo no sería nada de lo que soy si Él no me hubiese dado este talento. En cambio tú, pintas para glorificarte a ti mismo, te jactas de tu talento como un mérito propio y lo ejercitas para obtener fama y dinero, para gastarlo en tus placeres… Esa es la diferencia.

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31
Quizá algunas veces te has preguntado cómo puedes glorificar a Dios en tu trabajo, si eres oficinista, vendedora o profesionista y ese trabajo te parece que no tiene nada que ver con lo divino. Pero no solo quienes tienen un ministerio de 24 horas o quienes trabajan en la iglesia, tienen la oportunidad de glorificar a Dios a través de su trabajo. Si tienes un trabajo honesto, si eres responsable, si te muestras como una persona confiable, íntegra, cumplida, esa es una manera de glorificar a Dios, pues lo glorificas a través de tu testimonio. Si testificas de lo que Dios ha hecho en tu vida, si reconoces que lo que eres, es gracias a Él, de esta manera le estás dando la gloria y la honra a Dios.
Dale gracias al Señor cada mañana por tu trabajo, reconoce que todo lo que eres y todo lo que tienes, es gracias a Él. Las bendiciones vienen de Él, los dones y talentos, vienen de Él, el trabajo viene de Él, ¿cómo no glorificarle? ¡Haz la diferencia!

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 4:11

Escrito por: Angélica García Sch.

Para: www.mujerescristianas.org

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