Aceptemos nuestras diferencias – Angélica García

ACEPTEMOS NUESTRAS DIFERENCIAS

aceptemos nuestras diferencias

En el mundo, muchas parejas se divorcian teniendo por único argumento el de: «incompatibilidad de caracteres». Bíblicamente, esto no es aceptable. Cada miembro de la pareja tiene el deber de casarse por amor y cuando hay amor, las diferencias hombre-mujer, no pueden ser un pretexto para separarse, sino que cada uno debe aprender a vivir con ellas y aceptarlas.

El problema no son las diferencias físicas y fisiológicas, sino que en las diferencias psicológicas en donde muchos hombres y mujeres, encuentran su piedra de tropiezo. El hombre no es mejor que la mujer, ni la mujer es mejor que el hombre, solo son diferentes. En algunos aspectos las mujeres se encuentran mejor dotadas y en otros, son los hombres quienes tienen una pequeña ventaja. Veamos cuáles son algunas de estas diferencias:
El cerebro de la mujer tiene una mayor densidad de interconexión entre los dos hemisferios. El flujo sanguíneo cerebral es mayor en las mujeres que en los hombres. El cerebro de los hombres está funcionalmente organizado de una manera asimétrica evidente en las regiones frontales izquierdas, mientras que el cerebro de las mujeres se evidencia una función bilateral.
El cerebro femenino envejece más despacio que el masculino.
Existen diferencias de densidad neuronal en ciertas zonas.

Las mujeres pueden realizar más tareas intelectuales simultáneamente que los hombres, como por ejemplo hablar por teléfono, mientras están sacando cuentas, pintarse las uñas, etc. El hombre que está leyendo el periódico, no puede prestar atención a nada más.

El cerebro femenino pude identificar las emociones de los demás con mayor precisión. Los hombres muchas veces no se dan cuenta cuando su mujer está triste o preocupada, no capta fácilmente los estados emocionales de los demás.
La mujer posee mayor densidad neuronal del hemisferio izquierdo, lo cual le da mayor capacidad para el uso del lenguaje…

La mujer tiene mejor memoria, ¡con razón ellos siempre se olvidan de la fecha de cumpleaños y aniversario!
La mujer resuelve los problemas centrada en el proceso, el hombre lo hace centrado en la solución. El hombre va directo al grano, la mujer se detiene en los detalles.
El hombre es más agresivo que la mujer. Esto se debe a que en situaciones de estrés, el hombre y la mujer procesan en forma distinta la serotonina, que es un neurotransmisor involucrado en los mecanismos psicológicos de recompensa, es decir, en las sensaciones de bienestar y felicidad. La disminución de serotonina en una situación desagradable, provoca en el hombre la agresividad. En cambio a la mujer le provoca depresión.

Ninguna de estas diferencias, excepto una agresividad fuera de control en el hombre, debe ser causa de separación. Son características naturales en el hombre y la mujer, que deben de aceptarse y sobrellevarse. Cuando hay amor, hay comprensión, paciencia, tolerancia y todo esto debe ser recíproco.

“Ustedes las esposas, respeten a sus esposos, como conviene en el Señor. Ustedes los esposos, amen a sus esposas, y no las traten con dureza.” Colosenses 3:18-19

Escrito por: Angélica García Sch.

Para: www.mujerescristianas.org

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