Amor salomónico – Angie García

AMOR SALOMÓNICO

Tu-y-yo-por-siempre-juntos

Mucho se ha dicho que el amor es como una plantita a la cual hay que regar a diario porque de lo contrario, se seca. Y es una gran verdad.

Hay un libro en la Biblia que habla del amor de pareja y lo hace de una forma bastante atrevida para algunos, se trata del Cantar de los Cantares, escrito por Salomón.

Salomón debió ser un hombre muy detallista y romántico, según podemos ver en Cantares. Era un maestro del lenguaje poético para dirigirse a la amada. A la mayoría de las mujeres les gustaría ser el motivo de tan bellas frases de amor, a pesar de que en estos tiempos se vería muy raro.

“¡Qué hermosas lucen tus mejillas entre los pendientes! ¡Qué hermoso luce tu cuello entre los collares!” (Cantares 1:10) A las mujeres les encanta oír que son hermosas. “¡Cuán bella eres, amada mía! ¡Cuán bella eres! ¡Tus ojos son dos palomas! (Cantares 1:15) Imposible que una mujer no esboce una sonrisa al escuchar estas palabras.

“Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta su rebaño entre azucenas” (Cantares 2:16) A las mujeres les gusta sentir seguridad en el noviazgo y matrimonio. El sentido de la pertenencia es importante, pero sin que el novio o esposo llegue a ser posesivo, porque eso en lugar de asegurar a la pareja, la destruye.

“Salomón mismo se hizo el carruaje con finas maderas del Líbano. Hizo de plata las columnas, y de oro los soportes” (Cantares 3:9-10). A una esposa le gusta que su marido sepa hacer cosas, que sepa usar las herramientas necesarias para reparar alguna avería en la casa y menesteres por el estilo. Un hombre que resuelva los problemas que se vayan presentando en el nido y la haga sentir protegida, es un marido ideal. Aunque ahora, con la liberación femenina, muchas mujeres saben utilizar herramientas, todavía hay cosas que necesitan ser arregladas por una mano fuerte y grande, una mano masculina.

“Mi amado es apuesto y trigueño, y entre diez mil hombres se le distingue” (Cantares 5:10) A las mujeres les gusta presumir de sus enamorados entre sus amigas. El suyo ha de ser el mejor novio o esposo, el más guapo, el más bueno, el más inteligente, etc. Y los novios o esposos han de hacerse acreedores de tal propaganda. El verdadero amor corrige los defectos, hermosea el rostro y llena de virtudes a quien sea.

“Los amigos: Vuelve, Sulamita, vuelve; vuélvete a nosotros, ¡queremos contemplarte! El amado: ¿Y por qué han de contemplar a la Sulamita, como en las danzas de los campamentos?” (Cantares 6:13) A las mujeres les gusta que su novio o esposo las defienda y se sienta algo celoso, pero solo un poco, un hombre celoso sin razón, no es nada agradable para ninguna mujer y destruye el matrimonio o el noviazgo.

“Yo les ruego, mujeres de Jerusalén, que no desvelen ni molesten a mi amada, hasta que ella quiera despertar” (Cantares 8:4). A las mujeres les gusta que el esposo o novio sea considerado. La consideración refleja respeto y amor. Un hombre desconsiderado puede matar el amor rápidamente, al igual que una mujer desconsiderada.

Estos son algunos ejemplos del amor salomónico, impregnado de romanticismo poético. Para algunos puede resultar un poco cursi o pasado de moda, pero si Dios lo puso en Su Palabra, ¿no será porque así concibió El, el amor de pareja? Decimos que la Palabra de Dios no pasa de moda, entonces deberíamos reflexionar también en el libro de Cantares.

Escrito por: Angélica García Sch.

Para: www.mujerescristianas.org

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