El Lenguaje universal: El Amor

EL LENGUAJE UNIVERSAL: EL AMOR

Una noche, mi hija y yo escuchamos los chillidos terribles de un pájaro, provenientes del comedor. Fuimos inmediatamente a ver qué pasaba. Un pajarito estaba acurrucado en un rincón, inmóvil, pensamos que estaba muerto. Pero aquí viene lo más impresionante, mi hijo había visto entrar al gato con el pajarito en el hocico, pero ese pajarito no había sido el que había gritado, sino otro, que estaba afuera en el patio. Ese pajarito había hecho un gran escándalo cuando el gato atrapó a su compañero, sus gritos habían sido como de dolor, de desesperación, de impotencia. Comprobamos que el pajarillo que había sido atrapado estaba vivo, solo que inmovilizado por el miedo. Tratamos de tomarlo, pero fue imposible, huía dando saltitos, no podía volar. Entró al cuarto de lavado y ahí lo dejamos toda la noche, con comida y agua y a salvo de «los depredadores» (nuestros dos gatos).
A la mañana siguiente, mis hijas lo llevaron al veterinario, fue todo un show meterlo en una cajita para transportarlo. El veterinario dijo que no tenía nada, no tenía quebrada ninguna alita, ni presentaba herida alguna, solo que estaba todavía muy afectado por el susto que había pasado. De vuelta a casa, lo soltamos en el patio y se fue brincando muy contento de verse libre otra vez, pero aun no volaba. Entonces llegó otro pajarito, piando, como saludándolo muy feliz y cual no sería nuestra sorpresa que se apareó con «ella», la víctima era una ¡ella! y ese otro pajarito, había sido el escandaloso de la noche anterior, que chillaba porque se llevaban a su pareja. En eso, llegó otro pajarito y como que regañó al galán y se fueron los dos volando, dejando a la convaleciente reponerse tranquila. Pasó como una hora y fuimos a ver y la pajarita ya no estaba, ya había podido volar hacia los árboles. Así terminó esta pequeña historia de amor de la naturaleza.

No podemos entender el idioma de las aves, pero el amor es el idioma universal y no necesita de palabras para expresarse. El amor existe donde se encuentra la mano del Creador, pues todo lo que hizo Dios es bueno. Todo lo hizo con amor, puso gotitas de amor en las plantas, las aves, los animales, etc. Debemos cuidar esta creación tan maravillosa, es parte de nuestra mayordomía. Si unas pequeñas criaturas de Dios, unas pequeñas avecitas, son capaces de expresar sus emociones, cuidándose entre ellas, sufriendo unas por otras ante las adversidades o alegrándose por el bienestar de sus semejantes, cuánto más nosotros, los hijos de Dios, que formamos el cuerpo de Cristo y somos miembros los unos de los otros. Cuán grande poderoso es el amor de Dios que se manifiesta hasta en una pareja de avecitas. El amor proviene de Dios y es tan grande que abarca toda la creación.

Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? Mateo 6:26

Angélica García Sch.

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